24/6/08

El cultureta gordo con papada

Esta noche he cenado en Senzone con dos amigos, después íbamos a ver The Princess of Nebraska y, sin embargo, acabo de llegar de la fiesta aniversario del programa Versión Española.

En la fiesta, faranduleo, bastante frío, algo de lluvia y algún gilipollas.
No conocía casi nada sobre Cayetana Guillén Cuervo. Sé que tiene fama de borde, que se fumó un porrito en antena y que se follaba a José Luis Garci. Nunca me ha llamado la atención pero hoy debo decir que, como ha dicho mi amigo Suso al verla, está pa' un polvo.
También he coincidido con Eduardo Noriega y Alaska. Él muy guapete, ella muy bajita, yo muy lesbiana.


Pero, no escribo para hablar de la Guillén Cuervo (porque no he cruzado ni media palabra con ella), ni de Eduardo Noriega o Alaska, voy a hablar de un gordo con papada al que, sorprendentemente, le pagan por escribir en un periódico de tirada nacional.

En estas fiestas (fiestas de la élite modernaca de izquierdas) se concentra un gran número de culturetas que van de guays y hablan de temas muy guays. Se forman círculos muy guays donde los culturetas hablan y vigilan de reojo a la gente más famosa, a los que podrían ser reconocidos por la calle; para dedicarles una mirada afable o un saludo en un estúpido intento de que la persona popular se acerque a ellos.
El cultureta, por supuesto, deja caer en la conversación que mantiene en el círculo guay, mientras agita su bebida guay, que estos famosos (a los cuales intenta acercarse desesperadamente) son lo peor y tienen el ego por las nubes.
Hablan sobre literatura, política o periodismo y son muy cultos, por lo que su pendantería les permite hablar muy bien y criticar aún mejor.
Critican el cine español pero cuando se acerca algún actor son los primeros en decirles al susodicho lo magnífico que estaba en su última película y lo increíblemente buenos que eran el argumento y la fotografía. El actor le regala una sonrisa al cultureta que, vuelve al círculo guay haciendo aspavientos con el rostro y mirándote con cara de "¿Has visto? Hablo con el famoso, es que...soy guay"

Esta noche me han tocado dos culturetas en el círculo guay (en algún momento he llegado a pensar que ambos habían hecho una apuesta y, el que pareciese más imbécil, ganaba).
Sin duda, la medalla de oro se la ha llevado el gordo con papada que, además de machista, era homófobo.
Mientras este tío se dedicaba a hablar de su blog, yo le preguntaba a Xúlio, un chico muy simpático que ha participado en algunos cortos, si había visto el cortometraje CONTRACUERPO de Prosopeya Producciones y con Macarena Gómez como protagonista. Xúlio no lo había visto pero el gordo sí, y su opinión sobre el corto ha sido: Esa es la de "La que se avecina", ¿no? No me gusta, lleva el pelo muy corto y parece bollera.
Tras esta maravillosa crítica ha apostillado con comentarios sobre las lesbianas, que somos todas muy feas y sobre Elena Anaya, que no debe tener mucho trabajo y necesitará algo de publicidad para estar en alza de nuevo...

Visto el plan que había en mi círculo guay he huído de ahí y he conocido a bastante gente muy amable. Entre ellas, una pareja de lesbianas, las dos se llaman Carmen, llevan 19 años juntas y son encantadoras. Mañana he quedado con ellas para tomar un café y que me presenten a su niña, Idoia, una pequeña de ojos impresionantes que nació en Burkina Faso.
También he hablado largo y tendido con un técnico de sonido que lleva dilataciones de 10 milímetros en ambos lóbulos. Estaba borracha y he metido varias veces el dedo en sus agujeros (¡Qué gran frase!), el técnico de sonido ha bromeado diciéndome que a él también le apetecería meter el dedo en algún agujero. Entre tanta broma subida de tono y coqueteo me ha besado. Le he dicho que prefería a la Guillén Cuervo, él se ha reído y me ha dicho que si no la conocía me la podía presentar, que está casada pero bueno, en una fiesta puede pasar de todo.
He rechazado su invitación y he vuelto con mis dos amigos que seguían en el círculo guay del gordo con papada.
Al círculo guay se habían unido dos madrileñas menopáusicas de las que gotean pis y llevan cardados peperos. La pareja de cacatúas repetían contínuamente el mismo discurso que se basaba en repetir interrumpidamente sátrapa y denostar, calumniar o vilipendiar. No sé que hacían en esa fiesta y no sé de que hablarían pero, cuando las he visto, he comprendido que era hora de volver a casa.